La casona-palacio de los Velarde, hoy Museo
Etnográfico de Cantabria, fue probablemente edificada a finales del
siglo XVII por don Francisco de la Puente y Peña. En ella nació don
Pedro Velarde, capitán de Artillería y protagonista del levantamiento
contra los franceses el 2 de mayo de 1808. El edificio se transformó en
museo en 1966.
Se entra en la finca por una
portalada con arco de medio punto entre dos pilastras. Sobre el arco aparece el
escudo de armas de los Velarde, sostenido por dos leones y con celada de caballero. En el frontón de la portalada se encuentra una cruz.
La casa es una edificación con tejado a
cuatro aguas, sin más alero que la cornisa de piedra, presentando en sus
cuatro ángulos falsas gárgolas imitando cañones. La planta baja tiene
un soportal, cuya viga principal está sustentada por una columna de
molduras muy simples, y una habitación contigua en el saliente. La
fachada es de sillería y, excepto el frente de la segunda planta, de
ladrillo visto con entablamentos de madera, el resto es de mampostería.
En la fachada oriental hay un balcón de hierro, junto al escudo de armas
de los Puente.
El edificio probablemente se construye a
finales del siglo XVII por don Francisco de la Puente y Peña, padre de
la abuela paterna de don Pedro Velarde. La casa fue restaurada y en
parte reconstruida por don Angel Hernández Morales, arquitecto de la
Diputación, transformándose en Museo Etnográfico de Cantabria en la
década de los sesenta gracias a don Pedro de Escalante Huidobro,
entonces presidente de la Diputación Provincial de Santander.
El interior de la planta baja consta de
vestíbulo, cocina, habitación para visitas y comedor. En la planta
superior destaca la estancia donde se ha reproducido la habitación de
Pedro Velarde, con dos alcobas, en una de las cuales aparece la cama en
la que se dice que nació el héroe. En la otra alcoba hay varios objetos
de época y una vitrina en la que se guarda una reproducción del uniforme
del militar. En la finca se encuentra un hórreo procedente de Pido
(Liébana), así como una socarreña donde se exponen diversos aperos de
labranza, una colección de carros, varios fuelles, etc. Igualmente, se
puede contemplar un humilladero de Hoz de Santa Lucía (Mazcuerras), con
esculturas de artesanía popular procedentes de Viérnoles.
Podemos decir que, en esta visita, hemos podido descubrir cómo vivían y cómo trabajaban nuestros antepasados, aunque todavía algunos de los instrumentos de labranza y otras herramientas las encontramos en algunas casonas de nuestra tierra, unas veces en uso y otras como elementos decorativos.
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